29 diciembre 2024

Día #1: CHARTRONS - BASSIN À FLOT & BACALAN

Hemos empezado el día como es habitual en nosotros, yendo a por el desayuno. El sabor del pan y la bollería en Burdeos es excepcional y Chartrons es el hogar de algunas de las mejores panaderías y pastelerías de la ciudad. Coincide que la que nos pilla más cerca del apartamento, ANTONE, ha recibido además cantidad de premios (mejor baguette tradicional de Gironda en 2023, mejor baguette de Burdeos en 2015, mejor chocolatine en 2016, mejor panadería de Aquitania en 2021). Hemos optado por una baguette, un croisant y una chocolatine que han resultado espectaculares. Mañana seguiremos catando más cosas.

Con un buen desayuno en el cuerpo, hemos empezado el recorrido por 'nuestro' barrio, Chartrons. Su nombre proviene de sus orígenes, el convento que los cartujos (chartreaux) fundaron en el año 1382. Antaño centro neurálgico del comercio del vino, así como el hogar de comerciantes de todo el mundo y de los trabajadores del puerto, bordeado por las aguas del Garona, ha sabido reinventarse. En el s.XVII se establecieron en esta zona, más allá de las murallas de la antigua Burdeos, comerciantes de vino holandeses, irlandeses, ingleses y alemanes para exportar vinos a sus países de origen. Los comerciantes bordeleses edificaron aquí hermosos palacetes a lo largo de la orilla del río, con largos almacenes en el primer piso donde almacenaban los barriles y botellas de vino antes de enviarlos en barco a otros países de Europa. Cuando Chartrons se convirtió oficialmente en parte de Burdeos en el s.XIX, ya era un barrio floreciente, animado y burgués que atraía a muchos artistas, artesanos y marineros. La posguerra trajo consigo que muchos comerciantes abandonaran la zona. El barrio sufrió una especie de desolación con grandes almacenes vacíos y construcciones abandonadas. La rehabilitación general que sufrió Burdeos en el s.XXI incluyó al barrio de Les Chatrons que hoy tiene un toque muy moderno y chic que recuerda un poco al Le Marais parisino, que tanto nos gusta.  

Antes de adentrarnos en el corazón del barrio, hemos visitado un pequeño jardín con arboleda y los ¡restos de un castillo!. Y es que el Parc Rivière está ubicado en el jardín de una antigua residencia burguesa de finales del s.XIX. De su pasado, solo quedan algunos muros de piedra y las caballerizas, rehabilitadas para convertirlas en la Casa del Jardinero y la Naturaleza, un espacio para los amantes de las plantas.

Muy cerca, el Jardin Public combina armoniosamente espacios verdes meticulosamente cuidados, encantadores senderos y elegantes estructuras, donde destaca el Museo de Historia Natural, el Jardín Botánico, el teatro de marionetas más antiguo de Francia y hasta un carrusel.

 
 
  

Cours Xavier-Arnozan, rodeada por bellas fachadas y balcones es, sin lugar a dudas, una de las calles más aristocráticas de la zona y una de las más importantes por la increíble arquitectura de sus mansiones del s.XVIII que incluyen elaborados balcones de hierro forjado.

Al final de la misma, llegando al río, nos encontramos con los edificios de la Bourse Maritime (la Bolsa Marítima de 1920,) y del Hotel Fenwick (que fue sede del primer consulado estadounidense en Francia).

 

Estamos en los muelles. Como ciudad portuaria, el frente marítimo es históricamente importante, y hoy representa la riqueza y el orgullo de la ciudad. Hasta hace relativamente poco, esta zona de Burdeos era un lugar sombrío. Ya no más. En Les Quais se han reutilizado las fábricas, limpiado las fachadas y regenerada la orilla del río para convertirla en un lugar de ocio. Y los domingos además, atrae a cantidad de gente a su mercado, donde más de 60 puestos ofrecen auténticas delicatesen de la zona: ostras, quesos, setas, vinos...

 

La niebla hacía que la temperatura, al igual que ayer, no subiera demasiado y encima, el hecho de estar al lado del Garoña, no ayudaba...

...así que nos hemos metido entre calles, lo que es una delicia en este barrio de los anticuarios, con sus calles empedradas, fachadas llenas de enredaderas, tiendas (muchas de ellas cerradas por ser domingo), anticuarios, bodegas, pequeños cafés... en definitiva, con un aspecto de pueblo.

 

 
Incluso dos casas flamencas típicas de los Países Bajos separadas (o unidas) entre sí con las cabezas de los leones que adornan los frontones.

La elegante Rue Notre Dame es el corazón y el alma de Chartrons. Es una de esas calles que tiene vida propia. Cuesta pasar solo una vez ante tanta belleza (de hecho, hoy la hemos recorrido en varias ocasiones y amenazamos con volver!).


 

Y, en mitad de la calle, nos sorprenden las imponentes agujas de la Iglesia de Saint-Louis. Atravesamos el portal con un frontón triangular sostenido por cuatro columnas jónicas, para disfrutar de su grandioso interior gótico, donde estacan sus vidrieras y su órgano.

 
 

Una paradita para comer en un sitio con productos ecológicos de productores locales, a tope de gente, donde la oferta no era muy extensa, pero se notaba que todo estaba cocinado con mimo.

Al salir de comer, el sol ha hecho acto de presencia y la temperatura ha subido un pelín. La Place du Marché y sus alrededores estaban vacíos por ser domingo (volveremos otro día).

Cosas curiosas que te encuentras cuando paseas es esta réplica de la Estatua de la Libertad que el escultor francés Bartholdi, que fue quien diseñó la estatua original de Nueva York, creó para varias ciudades en el mundo, entre ellas Burdeos (nos hemos acordado de la que vimos en Tokio).

Poco grafitti en esta ciudad (de momento)…

 
 

El sol nos ha 'devuelto' a los muelles, donde los niños (y no tan niños) disfrutaban de uno de los más grandes y mejores skate park de Francia. 

Un poco más adelante, el Bord'eau Village, un complejo de tiendas, bares y restaurantes que ocupan los antiguos hangares o almacenes del puerto, rehabilitados en los años 2000.

Al final de estos hangares, el Cap Science o museo de la ciencia...

 

Hemos seguido la ribera hasta el Pont Jacques Chaban Delmas, testimonio de la ingeniería moderna y el desarrollo urbano, siendo toda una hazaña arquitectónica, pues tiene la peculiaridad de elevar toda su plataforma central para permitir el tráfico naval (el que más se levanta de Europa hasta 77 m.). Sus 4 pilones distintivos ofrecen una vista sorprendente, ¿a que sí?


No estaba en nuestros planes, pero ya que habíamos llegado hasta aquí, y habíamos terminado la visita al barrio, nos hemos adentrado en la zona conocida como BASSIN À FLOT y BACALAN. Son distritos relativamente "recientes". De hecho, esta parte de la ciudad no comenzó a desarrollarse hasta el s.XVIII, ya que estaba directamente vinculada a la actividad portuaria de Burdeos (el segundo puerto más grande de Europa por entonces). Esta cuenca cerrada permitía que los barcos no encallaran con la marea baja y poder así descargar sus bodegas. Aquí se construyeron principalmente barcos y cuando la actividad comenzó a cesar, ambos distritos fueron abandonados. La extensión de la línea del tranvía, la construcción del Puente Chaban-Delmas, la reconversión de zonas abandonadas por lugares de arte, música, comida y ocio y, sobre todo, la creación de 5400 viviendas, con alquileres atractivos, hacen que esta zona sea cada vez más atractiva para la gente de Burdeos.


A lo largo del recorrido esclusas, grúas, barcazas, raíles y silos...


...casas modernas (nada que ver con esas fachadas neoclásicas repletas de mascarones)…

...algo de arte en forma de OVNI...


...y hasta una base de submarinos nazi construida durante la Segunda Guerra Mundial reinventada como centro de arte digital (y del que ya os hablaremos a lo largo del viaje...)

Pero si algo destaca esta zona, como no podía ser menos en Burdeos, es por la Cité du Vin, este parque de atracciones para los amantes del vino. Solo por su arquitectura exterior ya ha merecido la pena venir hasta aquí (nuestra idea es visitarlo uno de estos días). Seguramente os preguntaréis como nos hemos preguntado nosotros, ¿qué simboliza este diseño? Pues bien, unos dicen que el edificio representa un decantador gigante de vino. Otros, que sus formas recuerdan a las ondas del vino cuando es mecido en la copa, a los remolinos del río Garona y a los nudos que se forman en las vides que crecen. Mientras que sus tonos dorados y grises homenajean al amarillo de la piedra caliza de los edificios históricos de Burdeos, pero también a los reflejos de un vino dulce o a los colores del río que fluye junto al edificio. Sin embargo, la explicación de los arquitectos es más poética: «Este edificio no se asemeja a ninguna forma conocida porque pretende evocar el alma del vino que emerge entre el río y la ciudad». ¡Vosotros decidís!

Empezaba a anochecer y tocaba desandar el camino hasta el alojamiento. Y que mejor manera que disfrutar del ocaso paseando sin prisa por los muelles primero, y por Rue Notre Dame después. Llevamos una paliza en el cuerpo (rondando los 20 km. pateados en el día de hoy), así que con las quiches que hemos comprado en una de las mejores y más antiguas boulangerie de la zona, directos al apartamento.


Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. Hola chicos, que gustazo disfrutar de los mercadillos de domingo en Francia mmmmnn!!.
    Besitos

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  2. Y de su gastronomía...;)

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