De nuevo, desayuno gourmet. Hay que aprovechar, que luego en casa estas delicias no las encuentras. Hoy Wuki lo ha intentado... pero no llegaba a su objetivo... ¡menos mal!. (Por cierto, qué buena es, qué bien se está portando, cómo nos aguanta... y que viaje más bueno está haciendo: chapeau!)
Día lluvioso desde primera hora... qué le vamos a hacer :( Hoy viernes hemos querido recorrer con calma nuestro barrio, Chartrons, el barrio de los anticuarios. Pero antes nos hemos acercado al río a ver la escultura de una esclava africana que recuerda el papel de Burdeos en la trata de esclavos. Un hecho histórico, del que probablemente se hable poco, es que Burdeos fue un gran puerto de esclavos entre 1672 y 1837. La esclavitud contribuyó al desarrollo de la ciudad. Más de medio millar de envíos de esclavos negros salieron de estos muelles. Más de 150.000 personas vendidas como esclavos. Salían de Burdeos cargados de vino, armas, telas o artículos de lujo y, al llegar a África, embarcaban esclavos que dejaban en puertos americanos donde volvían a cargar con destino a Burdeos otras mercancías, preferentemente algodón y tabaco. Siempre es bueno (y necesario) conocer la historia, aunque no sea agradable.
De vuelta al interior, el otro día al ser domingo estaban casi todas las tiendas cerradas... y hoy casi todas seguían igual, seguramente de vacaciones navideñas. En cualquier caso, nos hemos dado un tranquilo paseo, entrado en alguna de ellas...
…también hemos tomado un rico café de autor, en lo que fueron unos baños orientales en el s.XIX.
...visto un monumento histórico, antiguo templo protestante de estilo neoclásico y que ha estado cerrado al público desde hace más de 30 años. ¡Increíble encontrar un edificio así en el centro de la ciudad!
Ni siquiera había ambiente en la cercana Place du Marché, que acoge en su centro un antiguo mercado del s.XIX, construido en hierro, piedra y vidrio, hoy convertido en centro cultural.
Así que con las mismas, hemos optado por cambiar de planes sobre la marcha, y volver al apartamento. Aunque antes, una 'parada técnica en boxes' para... os imagináis para qué, verdad? Siiii, en una boulangerie. Pero no en una cualquiera, sino en Au Pétrin Moissagais, la más antigua de la ciudad y una de las 5 mejores (¡hornean el pan en un horno construido bajo Luis XV en 1765!)...
Y, para rematarlo, también hemos entrado en una impresionante Fromagerie donde hemos comprado algunos quesos de la región de Nueva Aquitania (de la que Burdeos es su capital). Para los entendidos: Crottin Cocumont (pequeño queso de cabra), Lou Beth Mailh (queso de vaca madurado durante 4/6 meses) y Brebis Bearn (queso de oveja con 1 año de maduración)...
Ya en el apartamento, hemos dejado a Wuki descansando, que la pobre con tanta lluvia casi no pisa la calle. Y nosotros nos hemos dirigido a visitar la Cité du Vin, un museo que, al contrario de lo que muchos piensan, no está dedicado a la región vinícola de Burdeos. En realidad, es un museo mundial del vino como patrimonio cultural universal, al que National Geographic clasifica en el 7º lugar entre los mejores museos del mundo. Ya solo su exterior es una pasada. Unos dicen que el edificio representa un decantador gigante de vino. Otros, que sus formas recuerdan desde a la cepa retorcida de una vid. Que cada cual elija.
La visita (libre con audioguía) es un espectacular viaje interactivo y sensorial por el mundo del vino desde la antigüedad hasta la actualidad, a través de diferentes áreas para conocer la importancia del vino, su historia y evolución, las diferentes elaboraciones y los tipos de uvas, los aromas y colores del vino, características de los terrenos de cultivo y zonas vitivinícolas del planeta (conocemos unas cuantas ya, por cierto: Francia, España, USA, Sudafrica, Italia, Portugal, Georgia...), el diseño en el vino…¡y mucho más! En total la visita nos ha llevado más de 2 horas.
En un edificio donde prima el diseño, Videos, pantallas táctiles, mesas sensoriales, historias interesantes, música y más. Hemos puesto a prueba nuestras narices en el 'buffet de los cinco sentidos"...
...nos han hecho un 'test' para ver cuál es nuestro tipo de vino según nuestra personalidad (¿?) y esto es lo que nos ha salido (¿adivináis de quien es cada uno? ¿De quien es el Prosecco y de quién el Oporto):
…y hasta hemos pisado uvas virtualmente...
Una vez terminada la visita, atraviesas otras zonas...
...y subes hasta el 8º piso o Belvedere donde realizas una cata de un vino a tu elección, de alguna región del mundo. Hemos optado, como no, por dos Bordeaux Médoc donde la uva principal era la cabernet sauvignon, uno más jóven y afrutado y otro en el que primaban los taninos (vaya largo me acabo de dar!!!).
Aquí, desde las alturas, además hemos podido disfrutar de una impresionante vista panorámica 360º de Burdeos...
Un final perfecto para una experiencia enriquecedora. Aunque no seas amante del vino, este museo te sorprende para bien y recomendamos su visita a todo aquel que se acerque por Burdeos.
Vuelta al apartamento a 'recuperar' a Wuki, quien por cierto estaba súper dormida al calorcito y que no nos ha echado de menos 'rien de rien'. Hemos picado algo, descansado un rato y salido a dar una vuelta para hacer alguna comprita y cenar.
Seguiremos informando.
El museo tiene una pinta muy interesante. Buen plan para una tarde lluviosa. Con el pan ... envidia máxima.
ResponderEliminarYa sabíamos que Wuki se iba a portar bien.
Hola chicos, que maravilla de museo y las panaderías.. Un lujo que aquí hemos perdido.
ResponderEliminarBesitos